Conocida como la ciudad de la música, Viena mezcla lo nuevo y lo antiguo de tal manera que tiene algo para todo el que lo visita.
La ciudad nos ofrece multitud de sitios de interés, por eso queremos ayudarte y mostrarte qué ver en Viena y cómo hacerlo de la mejor forma.
Pero además tiene una gastronomía muy particular, así como más de 100 museos y monumentos que la hacen uno de los destinos de Europa más recomendados en todas las guías.
Hay tantos sitios que es muy difícil elegir solo algunos, aunque lugares como la Ópera o la casa de Mozart no pueden faltar en la agenda de todo el que la visite.
Veamos estos y otros rincones singulares de una de las ciudades de la vieja Europa que tienes que conocer.
¿Qué ver en Viena de interés?
Ahora te mostramos los lugares más interesantes que debes ver si tienes varios días para Viena:
Teatro de la Ópera
Una vez has reservado tu hotel barato en Viena centro lo importante es saber qué ruta planificar para tu viaje.
Lo mejor es empezar por la Ópera, el lugar más carismático de la ciudad.
El primer edificio que se terminó en el proyecto conocido como la Ringstrasse, la avenida con más importancia de la ciudad.
Aunque parece que los ciudadanos esperaban más de este monumento a la música y les decepcionó. Algo que no pudo soportar el arquitecto que lo proyectó y acabó suicidándose.
Un segundo arquitecto murió por un infarto debido a que tampoco fue capaz de soportar la presión.
No obstante, la ciudad poco a poco aceptó el teatro y hoy se considera uno de los símbolos de Viena.
A mediados del siglo pasado una bomba causó graves daños al monumento, que tuvo que estar cerrado al público 10 años, durante los cuales se aprovechó para incorporar tecnología de última generación.
Se organizan visitas guiadas al interior del edificio, que tiene un auditorio de casi 3000 localidades, además de la estancia que el emperador Francisco José (más conocido por ser el esposo de Sissí) utilizaba para descansar entre actos.
También se pueden visitar otras zonas. La entrada incluye una visita al Museo de la Ópera que puedes usar si tienes tiempo suficiente.
Además de las visitas, se puede acudir como espectador a la ópera, con precios que pueden ir desde los 4€ si no te importa estar de pie y hacer cola para conseguir una entrada, hasta los más de 150 que tienen los mejores asientos.
Entre medias hay opciones para todos los bolsillos, por lo que se dice que en Viena la ópera nunca es cara.
El Teatro de la Ópera es tan famoso que no se puede ir a Viena y pasar por alto una visita a este singular icono de la ciudad.
Ringstrasse
La calle más emblemática de Viena es una avenida con forma circular que rodea todo el centro, aislando los barrios del interior del resto de la ciudad.
En ella se encuentran la mayor parte de los monumentos que se deben visitar, como el Teatro de la Ópera, el ayuntamiento o el edificio de la Bolsa.
En realidad, Ringstrasse no es una calle al uso, sino que son varias calles que forman un anillo.
Se puede recorrer a pie o coger un tranvía que nos lleve de un lugar a otro mientras observamos los monumentos.
Es uno de las mejores cosas que ver en Viena si te gusta pasear tranquilamente si el tiempo te lo permite.
El edificio del Parlamento
De un estilo que imita a la Grecia clásica, tiene dos salones que se unen en un pórtico central.
En él se pasó del Imperio Austrohúngaro a la declaración de Austria como República.
Aunque se organizan visitas guiadas al parlamento de Viena en distintos idiomas a la vez, si tienes poco tiempo para ver la ciudad puedes conformarte con ver el edificio desde fuera y pasar al siguiente.
Museo de Historia Natural
Este museo está considerado como uno de los mejores en su campo, con colecciones muy completas y salas decoradas con mucho gusto. Si te gusta la historia de Viena y los animales, seguro que vas a disfrutar de esta visita.
La planta de abajo cuenta con la colección más importante de toda Europa en cuanto a minerales y gemas se refiere, además de restos arqueológicos y objetos prehistóricos como la Venus de Willendorf, una de las estatuas con forma femenina más famosas del mundo.
La primera planta tiene animales disecados, muchos de los que ya no hay ningún ejemplar vivo en la tierra como la vaca marina de Steller.
También se organizan exposiciones temporales que se alojan en esa planta.
El Palacio Belvedere
La residencia de verano de Eugenio de Saboya es de lo mejor que hay que ver en Viena. Es en realidad un jardín que une dos palacios para formar un conjunto.
El primero de los palacios, situado en la zona más alta, tiene una fachada muy decorada, aunque dentro no hay tanto detalle lo que puede decepcionar un poco.
Solo la entrada, un salón y la capilla están decoradas. Las demás salas parecen más un museo porque tienen en sus paredes cuadros que van desde el medievo hasta nuestros días.
El palacio Belvedere de la zona baja es más sobrio que el anterior. Dentro se encuentran las colecciones de la época barroca, una de las más importantes de Viena.
También están diseñadas en este estilo algunas de las estancias, como la Sala de los Grotescos o el Salón de los Espejos.
El invernadero que había en el jardín también se usa hoy como sala de exposiciones. Un paseo por los alrededores puede ser un final de visita al lugar de lo más recomendable.
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Prater, un Parque de Atracciones lleno de historia
El Prater de Viena es el Parque de Atracciones con más edad del mundo y uno de los más interesantes.
A comienzos del siglo XIX, se inauguró un parque de atracciones del que se conservan hoy en día muchos elementos como un carrusel, además de otras nuevas que se han ido incorporando según ha pasado el tiempo.
Durante mucho tiempo se usó como coto de caza para los nobles y el emperador, hasta que en el siglo XVIII se abrió a todo el mundo.
El parque en sí es digno de ver y te transporta a otra época, siendo uno de los monumentos de Viena más queridos por sus ciudadanos.
La Noria Gigante, ha sobrevivido a desastres naturales y dos guerras mundiales a pesar de que en la II Guerra Mundial las bombas la destruyeron parcialmente, tras lo que pasó de 30 a 15 cabinas al ser restaurada. Las que no se pudieron colocar están expuestas junto a la noria.
Es posible subirse y hacer el paseo en la noria gigante, lo que te ofrece una vista panorámica inigualable de Viena, convirtiéndose en una experiencia única. No esperes más y evita las colas reservando aquí: Paseo en la noria gigante sin colas de taquilla.
La entrada al parque es gratuita, por lo que es un destino que hay que ver en Viena sí o sí, y se puede pasear por un pedazo de historia.
Aunque si quieres subir a alguna de las atracciones tendrás que pagarlas individualmente.
La casa de Mozart
El músico más famoso de la historia vivió en Viena durante 3 años, en un apartamento de la primera planta del número 5 de Domgasse, muy cerca del Museo de la Paz.
En la casa de Mozart hay cuatro plantas que se pueden visitar, mostrando algunos detalles de su vida, sus conocidos y hasta los juegos que le gustaban.
También se puede ver el apartamento del compositor, con 4 habitaciones y 2 salones, aunque no se conserva nada del mobiliario original. De las cosas que ver en Viena es una de las que más turistas atrae.
Vive la historia de la música con un concierto de música clásica en la Casa de Mozart, una experiencia que todo amante de la música debe disfrutar en Viena. Asegura tu lugar aquí.
La Torre del Danubio
Ubicada en la orilla del río, la subida a esta torre de más de 250 metros permite ver una panorámica de gran parte de Viena.
Pero hay más, pues en su interior tiene un restaurante giratorio donde se puede disfrutar de una comida a la vez que las vistas van cambiando con el movimiento.
La Cripta Imperial
Debajo de la Iglesia de los Capuchinos reposan los restos de la realeza que gobernó Austria. Entre ellos hay casi 150 sarcófagos de emperadores, emperatrices y otros nobles.
Destacan los del emperador Francisco José, la emperatriz Elizabeth (Sisi) y el príncipe Rodolfo, único hijo varón de ambos.
La iglesia en la que se encuentra la cripta es muy sencilla, nada que ver con la fastuosidad de muchos de los féretros, que tienen un detalle que muestra la grandeza de quienes reposan en ellos.
Algo que llama la atención es la cantidad de pequeñas tumbas que hay, donde están sepultados niños muertos a edades muy tempranas.
Museos que hay que ver en Viena y alrededores
En Viena hay tantos museos que no podrás verlos todos. De hecho hay un barrio conocido como el Barrio de los Museos, donde casi a cada paso hay un sitio en el que visitar exposiciones.
El de Historia del Arte y el de Historia Natural son muy conocidos, pero hay más.
Palacio Hofburg: El Museo Sisi
Residencia de la casa de Habsburgo por más de 6 siglos, este conjunto cuenta con muchos sitios diferentes a destacar, como los aposentos imperiales, museos, iglesias, la Biblioteca Nacional y hasta la oficina del Presidente del país.
Nosotros vamos a hablarte del museo de Sisí.
Son 6 salas que recorren la vida de la emperatriz romántica por excelencia, desde que su vida fue llevada al cine en los años 50.
Se pueden ver algunas de las piezas que usó durante su vida en palacio, vestidos, retratos y más. También se relatan algunos de los episodios de la auténtica historia de Sisi, que como suele ser habitual es muy distinta de la de las películas.
Su gran tristeza, su obsesión por estar más delgada o la falta de interés por la vida de la corte, con la cual nunca se sintió a gusto y que la llevó a viajar por todo el planeta hasta su muerte violenta.
Los aposentos imperiales
Casi una veintena de habitaciones que han sido la residencia de la casa de Habsburgo por más de 6 siglos.
Se muestran tanto aposentos oficiales como privados, donde Francisco José y Sisi vivieron.
Todas las habitaciones están decoradas y engalanadas mostrando el esplendor de la casa real, con mobiliario original de incalculable valor.
La platería de la Corte
Terminado el imperio de Habsburgo, todos los objetos de plata que había en los palacios pasaron a ser propiedad de la República.
En este museo se muestran tanto la platería como otros elementos que había en la cocina de palacio: vajillas de porcelana, cristalería, manteles y servilletas y mucho más.
Museo de Historia del Arte
De construcción casi gemela al de Historia Natural, este museo que hay que ver en Viena obligatoriamente expone piezas procedentes de civilizaciones antiguas como Egipto, Roma, Grecia o el Lejano Oriente. Momias, columnas de piedra y esculturas son solo algunas de ellas.
También hay pinturas, con obras de artistas de prestigio como Tiziano, Rembrandt o Velázquez entre otros.
Una sala dedicada a la numismática con más de 700.000 piezas muestra cómo ha evolucionado el dinero hasta nuestros días, con monedas que forman una de las colecciones más grandes que se conocen.
Merece la pena visitar el museo tanto por dentro como por fuera, tanto si te gusta la historia como si no. Es normal que todos los años lo visiten más de un millón de turistas.
Museo de Carruajes Imperiales
Con una de las colecciones de vehículos más importantes del mundo, este museo está en el jardín del Palacio Schönbrunn.
Hay más de 170 vehículos en los que se cuenta la historia de algunos personajes célebres, como el cochecito del hijo de Napoleón y las carrozas de Sisi, tanto la que usaba en vida como la que trasladó su cuerpo a la Cripta recorriendo la ciudad tras su asesinato en Ginebra.
Museo del Reloj
En un palacio del siglo XVII se expone una colección de relojes que hará las delicias de los amantes de este objeto.
Recorre el modo de medir el tiempo desde el siglo XV hasta hoy, con relojes que vienen de todo el mundo y en cuya colección destaca un reloj astronómico, fabricado en el siglo XVIII y que no solo marca la hora sino también eclipses, órbita de los planetas y otros detalles de lo más sorprendente.
Cuando llega la hora en punto es un espectáculo no apto para oídos sensibles. ¡Avisado quedas!
Museo de la ciudad
Un recorrido por la historia de Viena desde la prehistoria hasta el siglo XX, pero lo importante es que es un museo repartido por varios de los museos que hay en la ciudad.
Para descubrirlo entero tendrás que ir mirando las exposiciones que hay en ellos, aunque si sólo puedes ver uno se recomienda el que hay junto a la iglesia de San Carlos, conocido como el Museo Karlsplatz.
Además hay casas convertidas en centros dedicados a los grandes maestros de la música, donde vivieron algunos de ellos como Beethoven o Schubert.
Hay mucho más que ver en Viena, aunque todo esto ya te llevará un buen tiempo, ¿no crees? Aunque si quieres puedes echar un vistazo también a este vídeo.
Si necesitas más información sobre qué ver en Viena te dejamos algunas fuentes de interés: Estrella Digital y Mujerhoy.
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